Un pequeño adelanto:
Josefina, con gran esfuerzo e intentando recordar lo que significaban cada una de las palabras del
cuento, leía :
“ (...) A pesar de ello, Blancanieves abrió la puerta de la cabaña y dejó entrar a la anciana, quien había
envenado la manzana que le ofrecía amistosamente. En su cuello de cisne quedó atravesado un trozo, y sin
que se diera cuenta se encontró sumida en un largo y profundo sueño.”
Su maestra de 6 año de EGB ya le había anticipado que iban a trabajar con los cuentos contados por
sus papás cuando era pequeña; también le explicó que los cuentos eran narraciones que tienen un
comienzo, una parte del conflicto y un desenlace. Todo esto Josefina lo sabía y también había
hecho el listado de las palabras desconocidas, las había buscado en el diccionario y sin embargo no
entendía para qué estaba puesta adelante la frase “a pesar de ello”, ni tampoco comprendía por qué
aparecía esa anciana , cuando antes el cuento estaba hablando de la madrastra. Tampoco se le
ocurría quién había envenenado la manzana. A pesar de que buscaba en el diccionario la palabra
“le” y allí decía que era un pronombre personal de 3° persona que funciona como complemento
indirecto y a veces se usa como complemento directo, no podía entender a quién le daba la
manzana esa anciana tan buena. Siempre que leía la palabra “trozo” era cuando aparecía en los
libros junto a otras como torta y queso pero allí no estaba ninguno, entonces ¿de qué era ese trozo?
Luego, había encontrado la palabra cisne en el diccionario y no se lo ocurría cómo había ido a parar
un ave tan linda en el cuello de Blancanieves, ni por qué se puso a dormir.
Josefina tiene 12 años y odia la lectura; quizá sea porque nunca entiende para qué sirven todas esas
palabras en un libro de tantas hojas cuando a ella le parece suficiente conocer algunas para pedir
algo a las personas que viven con ella. Hay una razón más fuerte de por qué a ella no le gusta leer:
Josefina nació sorda.